lunes, 12 de diciembre de 2011

Ay, Alicia

Ay, Alicia.
Yo que quise pintar tu mundo a color,
abriendo la cerradura de las maravillas,
corriendo a tu lado, persiguiendo al conejo blanco.
Ay, Alicia.
El tiempo ha volado entre tus labios.

Traté de ganar tu esencia con un as de corazones,
perfumando tu piel con amapolas.
Cumplí condena por robarle los colores al cielo,
pero, ay, Alicia,
¿no es dulce el humo que respiramos?
¿no es distinta la realidad desde aquí?

Ay, Alicia,
la Luna parecía sonreírnos,
pero reía, Alicia, reía.
Nadie mejor que ella, nadie más,
conoce mi fracaso y mi dolor:
dejarte escapar a través del espejo.

Desde el otro lado,
ya solo me queda tu alegría.
Cuando pude tenerlo todo,
te lancé  al mundo de las maravillas.
Y ahora, Alicia,
sólo tengo trozos de un espejo.

James






No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.
(Juan Luis Vives)



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