sábado, 8 de septiembre de 2012

Humo

Has vuelto a ser humo.
Sin palabras.
Sin vergüenza.
Sin lógica.

Y esta vez has quemado




Hay pasiones que la prudencia enciende y que no existirían sin el riesgo que provocan.
Jules Barbey d'Aurevilly

lunes, 27 de agosto de 2012

Sin nombrarte


En mi interior,
los pulmones son los cigarrillos que dejé a un lado,
el corazón, la maquinaria que debo engrasar,
su latir, comparte las horas del amanecer,
mi sangre se ha vuelto corrosiva.
Dentro de mí,
y aún no he conseguido dormir.

Las paredes nunca ayudan,
sólo bailan y cantan cada segundo.
Las luces de la calle se entrometen,
abrasan la oscuridad, inquietan mi mirada.
La ignorancia de la dolencia, aterra y desvela
del sueño que aún no he conseguido conciliar,

Estás aquí, nadando en mi vida,
hirviendo la negrura de mis entrañas.
Siento tu presencia, la mirada que parece ciega.
Incompletas respuestas y lluvia de preguntas.
Nadie te conoce,
ni sabe que compartes mi insomnio.

Estando cerca me aferro a la distracción,
pero tus garras destripan mi ingenuidad.
Si te alejas, lo hace también mi tranquilidad,
no sé cuando volveré a sufrirte.
Me pregunto que eres,
mientras el descanso me roba vida.

Todos tus nombres estremecen,
quema saber que te puedo bautizar.
Porque no quiero más,
sólo que desaparezcas.
Porque la noche vuela dejándome en tierra,
y aún no he conseguido dormir.




El ser humano pasa la primera mitad de su vida arruinando la salud y la otra mitad intentando restablecerla

Joseph Leonard

jueves, 23 de febrero de 2012

Halazepam

Un cuarto.

Por el amor.
Por el dolor.
Por la virtud.
Por la realidad.
Por la decepción.
Por la ilusión.
Por cada cosa que me aleja.
Por cada cosa que me recuerda.
Por olvidar.
Por no sentir.
Por no reir.
Por no llorar.

Por no ser yo.

Sólo un cuarto.





Todo es Veneno, nada es sin Veneno. Sólo la dosis hace el Veneno.
Paracelso.

sábado, 11 de febrero de 2012

Opio

En plena oscuridad,
en el silencio imaginario,
fuiste humo dulce y luminoso entre mis dedos.
Volátil y esquivo por naturaleza,
pero pesado y tóxico para mi mente.
Elegiste mi cuerpo para sentarte,
pero sólo como humo.

Provocaste la fiebre que odio
preguntando por qué.
Reí mientras deseaba llorar
y sentí el viento del precipicio.
Me abracé a ti buscando apoyo
cuando contesté con la misma pregunta.

Quise decirte por qué.
Porque el que juzga es demasiado cruel.
Porque nos conocimos muy tarde
-tal vez fue muy pronto-.
Porque la duda nos acosa.
Porque puede que nos gane el orgullo.
Porque lo que tenemos ya es hermoso.

Explicaciones extensas,
palabras incómodas
y una lógica arrogante.
Fiel a mi papel,
sonriendo de dolor,
preferí escoger el silencio
y disfrutar tu esencia.





Dorian se encogió de hombros.
-Estoy cansado de la mujeres que le aman a uno. Las mujeres que nos odian son mucho más interesantes. Además, el opio es mejor.


El retrato de Dorian Gray ~ Oscar Wilde 

sábado, 21 de enero de 2012

5 o`clock

Una pausita...







...y hierve un poco de agua.
Quiero enfriarme.





Té Blanco de Plátano y Fresa: Té blanco Pai Mu Tan, Sencha, naranja, manzana, papaya, plátano, fresa, malva y aroma natural.
Té Rojo Fresas con Nata: Té rojo Pu Erh, fresas, yogurt, y aroma natural de vainilla.






    - Hasta ahora no he tomado nada - protestó Alicia en tono ofendido -, de modo que no puedo tomar más.

    - Quieres decir que no puedes tomar menos - puntualizó el Sombrerero -. Es mucho más fácil tomar más que nada.

Alicia en el País de las Maravillas

domingo, 8 de enero de 2012

Palacio

Te hablaría por primera vez,
del palacio de las rosas olvidadas.
El lugar apartado de la ignorancia,
alzado en una tierra más valiente que yo.
Creado sólo para nosotros,
creado para ti.

Te escondería, en el palacio de las rosas olvidadas.
Donde no existiría injusticia que pudiera separarnos.
Ni dedos que se acercaran a señalar.
Tu sonrisa respondería a cualquier duda.
En este palacio,
creado para ti.

Te entretendría en el palacio de las rosas olvidadas.
Imaginaría nuevos mundos para ti;
siendo el ahorcado, tus juegos serán los elegidos,
buscando nuevos bajo las piedras si te aburrieses.
En el jardín de este palacio,
creado para ti.

Te correspondería en el palacio de las rosas olvidadas.
Sólo si quisieras hechizarme otra vez,
probando lo dulce y lo salado de nuestra piel.
Matando el hambre con nuestros cuerpos.
En el lecho de este palacio,
creado para ti.

Velaría por ti en el palacio de las rosas olvidadas,
cuando el insomnio pueda al cansancio.
Oleré cada nuevo perfume de tu cabello,
cumpliendo mi misión de protegerte.
Cada noche, en este palacio,
creado para ti.

Pero nunca podré hablarte del palacio de las rosas olvidadas,
no hasta tirar antes su llave.
Se desvelaría mi plan, mi intención quedaría desnuda.
Comprenderías que te escondería,
no sería entretenimiento o protección.
Tendría que sincerarme y confesarte,
la jaula que es el palacio creado para ti.


James







El amor hace creer siempre en aquello en que más habría de dudar
Phyllis Theroux

domingo, 1 de enero de 2012

Ella


Me llama,
me susurra desde dentro.
Sin pronunciar mi nombre,
me grita.

Nunca sabré a dónde quiere llevarme,
en qué lugar va a dejarme respirar.
Evapora mi alma, eleva mi cuerpo
y lo deja caer cuando se aburre.

Se carcajea de lo que he conseguido.
Recordando lo que puede ofrecerme,
me señala, jamás contenta, nunca aliviada,
hasta que yo conteste a la llamada.

Si quiere, puede cubrirme de oscuridad,
de agrio paladar y polvo.
Colmar de lágrimas mi rostro,
ensartar mi corazón de odio.

Cuando lo desea, me muestra todos los colores,
se ríe de la vida y la llena de recuerdos.
Espuma de vino, sudor de juventud,
el aleteo de las mariposas en el pelo.

Me llama,
repite que quiero y puedo,
aunque pueda y a veces no quiera.
Nunca nos entenderemos del todo.

Aunque si pido su ayuda,
está siempre ahí, sin dudar.
Aunque si he de esconderle,
nunca se ofende, sólo anhela.

Elige el peor momento,
duerme al amanecer;
calla cuando sobran las palabras,
grita cuando yo no puedo hablar.

Me llama,
me excita, me quema, me llena.
Me grita,
me excusa, me despierta, me vela.

Escucho…
Entiendo, ignoro, vivo.
Respondo…

Al final, siempre respondo.










En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación.
Simone de Beauvoir